stamos de acuerdo con que el plástico no es el mejor amigo del planeta. Anualmente, son ocho millones de toneladas de este material las que terminan en el océano. Además, sumemos que algunos pueden tardar décadas o siglos enteros en descomponerse. A pesar de esto, también encontramos que las cifras de reciclaje del mismo son ínfimas, por lo que la problemática no radica solamente en el plástico y su distribución, sino también en el uso posterior que le damos. ¿Acaso estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo a la hora de reciclar esta clase de materiales?
Si bien debemos tener en cuenta que no todo plástico es reciclable (debido a su mezcla con metales y químicos), según datos de la ONU, de las 400 millones de toneladas de plástico que se producen al año en todo el mundo, tan solo un 9% es reciclada. ¿Y el resto? Cerca del 80% de este material se encuentra ya sea en la naturaleza o en vertederos. Estas alarmantes cifras nos llevan a cuestionarnos si el problema se encuentra solamente en el plástico o si somos nosotros los culpables de darle un mal uso.
Por otro lado, debido a la creciente cultura del cuidado por el medio ambiente, las autoridades han tomado cartas en este asunto de los plásticos. Un ejemplo de esto es la Unión Europea, la cual, por medio de una normativa que empezará a regir a partir del 2021, abandonará los plásticos de un solo uso. Del mismo modo, tenemos que en Bogotá, desde este año, se empezará a aplicar un código en el que se separe la basura en bolsas de diferentes colores para facilitar la recolección y el aprovechamiento de estos residuos.
¿Son estos esfuerzos suficientes?
La respuesta es un poco complicada, ya que, a pesar de que es muy positivo que se empiecen a tomar medidas respecto a esta problemática, esto de nada sirve si la gente continúa teniendo un comportamiento irresponsable frente al uso que le se le da a este material. En pocas palabras, somos nosotros los que deberíamos cambiar nuestra manera de utilizar los plásticos; aportar nuestro grano de arena y reusar siempre que sea posible.
No es suficiente pagar un impuesto mínimo por el uso de bolsas plásticas, si al final el precio más caro lo va a pagar el planeta. Tampoco resulta suficiente depositar un envase plástico en el bote de basura si podemos darle otro uso y así alargar su vida útil. Por esto, antes de comprar algo, deberíamos buscar siempre la opción más ecológica.
¿Cómo aportar mi grano de arena?
Evita siempre el uso de plásticos de un solo uso y opta por la opción más ecológica. Existen cada vez más alternativas para reemplazarlos, como cubiertos y platos biodegradables, que cada vez van tomando un mayor lugar en el mercado. Asimismo, uno de los mejores materiales que existen para reemplazar los empaques plásticos es el vidrio, debido a su facilidad a la hora de reutilizarse.
Como organización, uno de los aspectos que más nos identifican es el respeto por la naturaleza, por esto, aparte de ofrecer productos naturales y sin químicos, procuramos que sus recipientes sean lo menos contaminantes posibles.
Por esta razón, el envase de vidrio es uno de nuestros mejores aliados en la presentación de nuestros productos. Del mismo modo, promovemos una cultura que permita reciclar aquellos envases que, a pesar de ser plásticos, pueden tener otros usos más allá de su vida útil.
Este es el caso de nuestra Elide Baby, que por distintos motivos de seguridad y practicidad, su empaque es plástico y no es tóxico para el bebé. Su sencillo pero interesante funcionamiento lo vuelve un excelente ejemplo de cómo puede dársele un mejor uso a los envases plásticos.
Este envase, desde su color, está pensado para atraer la atención del bebé. De esta manera, puede jugar con el tarro de manera segura (lo cual no se podría si fuera de vidrio u otro material) mientras los padres le cambian el pañal . Además, una vez acabada la crema, se puede reutilizar el envase como algún juguete para el niño, aprovechando la familiaridad que este ya tiene con los colores y forma del envase (recordemos, no es un envase tóxico para el bebé).
Este es solo uno de los muchos usos que se le pueden dar no solo a este sino a todos los envases plásticos que sean reutilizables. Juguetes para los niños, macetas para las plantas, recipientes para guardar otros materiales. Al final todo depende de nuestra voluntad para llevar a cabo estas acciones.
Por último, nos gustaría invitarte a reflexionar acerca de esta temática. A pesar de que, en ciertas ocasiones, el uso del plástico resulta imprescindible, lo que verdaderamente hace la diferencia es nuestra manera de pensar y actuar respecto a este material.
Si bien las medidas regulatorias frente al tratamiento del plástico ayudan, la situación no mejorará mucho si desde nuestro comportamiento seguimos perpetuando un consumismo irresponsable y poco saludable para el planeta. Por eso, nuestra invitación es a reutilizar siempre que podamos; informarnos acerca de cómo podemos reciclar estos materiales y a intentar darle siempre una mayor vida útil a nuestros productos plásticos.
¿Y tú qué opinas del uso que le damos al plástico?
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